La Comunidad autónoma de Aragón fue pionera con un proyecto educativo de animación a la lectura. Siguiendo la iniciativa de este proyecto se ha llevado a cabo la creación del libro "Mis abrazos perdidos". Ana Alcolea, escritora, profesora y Premio de las Letras Aragonesas, ha coordinado los mas de 160 centros participantes. Fruto de ello ha sido el libro anteriormente citado, que se crea con los tectos que cada centro ha elegido entre sus alumnos, y que a su vez ha sido ilustrado especialmente para la ocasión por una selección de ilustradores aragoneses.
Os dejamos el texo escrito por Aisha Fofana:
Cuando pasó por mi lad supe que me faltaba algo, no sé, tenía como una sensación extraña pude serm que tuviera...¿hambre?, ¿sueño?. No lo sabía, entonces se me ocurrió que podía preguntárselo a mi amigo Álvaro.
- ¿Álvaro tú has sentido que algo ha pasao por tu lado y era como que te faltaba algo?
- Sí, pero no sé lo que es ¿Tu lo sabes?.
- no
Entonces fui a preguntárselo a mi prima Eleanor:
- Sí, me h apasado, pero no sé lo que es.
- ¿Tú lo sabes?
- No.
No sabía qué hacer. Entonces pensé y pensé y se me ocurrió que podría preguntárselo a mi madre porque ella siempre me da consejos muy buenos. Fui a hablar con ella y me dio un superconsejo.
- Pues busca dentro de tu corazón. Allí seguro que encontrarás lo que te falta.
Entonces le hice caso y le di las gracias, busqué dentro de mi corazon lo que me faltaba, y lo encontré.
Eran los abrazos perdidos, esos abrazos que no nos hemosdado con nuestros seres queridos: la familia, los amigos.
entonceds ¿sabéis lo que hice? Fui coriendo a dar todos esos abrazos, besos y caricias que no nos hemos dado, y me sentí mucho mejor...estaba muy feliz.
Ahora sí que no me faltaba nada de nada.
Entonces se me ocurrió una idea que podríamos hacer...una barbacoa como hacíamos todos los años en casa de mis abuelos.
Vino toda la familia, mis primos y mis tíos, todos, todos.
Como siempre, mi tía Loida se trajo rollitos de caneloa que me encantan, mi prima Ariadna trajo a su perrita Kira, A mi tío Salvi y a mí nos encanta la barbacoa y por eso nos llamanan los carnívoros. Después de comer, mis primos, mi hermano y yo, bajamos a la plaza a jugar. ¡Me lo pasé genial!
Porque todo ese tiempo no había podido ver ni a mi familia ni a mis amigos. Sobre todo echaba mucho de menos a mi amigo Álvaro. Porque este virus, que es muy malo, nos ha privado de libertad y de compartir muchas cosas con los serres queridos.
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